¿Te gustaría preparar un salame tradicional italiano en casa y sorprender a tus amigos y familiares con un embutido artesanal de alta calidad? ¡Estás en el lugar correcto! El salame es uno de los embutidos italianos más queridos en todo el mundo por su versatilidad y sabor único. Puedes disfrutarlo en guisos, ensaladas, con pasta, o simplemente en una baguette fresca.
Preparar tu propio salame en casa es una experiencia gratificante que te permitirá tener control total sobre los ingredientes y el sabor final. Aunque puede parecer complicado al principio, seguir esta receta paso a paso te guiará para que logres un salame delicioso, digno de un verdadero maestro charcutero.
Ingredientes 📝
🐖 5 kg de carne de cerdo magra
🐄 2 kg de carne de vaca magra
🥓 3 kg de tocino (cortado en cubos)
🧂 300 g de sal entrefina
🌶️ 35 g de pimienta blanca y negra
🥜 3 g de nuez moscada
⚗️ 300 g de aditivo integral para salami
🍷 2 tazas de vino blanco
🧄 3 dientes de ajo (aplastados previamente)
🍂 3 g de canela y clavo
🌿 Tripa para embutir (sintética o natural)
🧴 Amasadora y cacerola
Preparación 🍳
Preparación de las carnes:
Comienza enfriando la carne de cerdo y la carne de vaca a -1°C. Luego, pica la carne de vaca en trozos de hasta 10 mm y la carne de cerdo en trozos de 12 mm.
Mezcla inicial:
Agrega la sal a ambas carnes y colócalas en una amasadora durante unos minutos hasta que estén bien mezcladas.
Añadir los condimentos:
Incorpora el aditivo integral, los dientes de ajo, la canela y el clavo a la mezcla de carnes y amasa nuevamente hasta que los ingredientes estén bien integrados.
Incorporar el vino:
Añade el vino blanco frío a la mezcla y vuelve a amasar. Asegúrate de que la carne absorba bien el vino.
Agregar el tocino:
Una vez que la mezcla esté bien impregnada de vino, añade los cubos de tocino. Amasa con mayor intensidad hasta obtener una pasta de consistencia pegajosa.
Embutido:
Embute la mezcla en la tripa seleccionada (sintética o natural), procurando no llenarla demasiado para evitar que se rompa.
Secado inicial:
Deja que el embutido descanse en un lugar seco y fresco durante medio día, evitando el contacto con el exterior.
Proceso de hidratación:
Mantén el salame en un ambiente con un 95% de humedad durante al menos 2 días para asegurar una buena textura.
Secado y maduración:
A los 10-20 días, verifica la dureza del salame; debería poder cortarse fácilmente y la tripa debería despegarse sin complicaciones. Después de 30 días, tu salame estará listo para degustar.
Conservación:
Si no lo vas a consumir de inmediato, agrega una capa de grasa comestible como conservador para prolongar su frescura.
Conclusión 🌟
Preparar tu propio salame casero es un arte que requiere tiempo y paciencia, pero el resultado es un embutido artesanal lleno de sabor y calidad. Aunque la reducción de tamaño durante el proceso de curado es normal, el esfuerzo vale la pena al disfrutar de un salame fresco y auténtico, hecho por tus propias manos. ¡Anímate a hacerlo en casa y disfruta de este delicioso embutido italiano en cualquier momento!