Cómo transformar Calabacines en una Delicia: Buñuelos de Calabacín y Queso

¿Alguna vez te has encontrado con un par de calabacines en tu nevera y no has sabido qué hacer con ellos? O quizás, ¿buscas una receta que transforme verduras en un plato atractivo para toda la familia? Si es así, tengo una solución deliciosa para ti: buñuelos de calabacín y queso.  Y no, no es la típica receta; es una aventura culinaria en la que te guiaré paso a paso.

El calabacín, también llamado zucchini, es una hortaliza es de la misma familia de las calabazas, pero es diferente ya que tiene mayor nivel de agua y apenas tiene grasas, por este motivo es altamente benéfico para el organismo. En estudios realizados con este producto, se ha demostrado que 100g, de calabacín sólo aportan 15g, de calorías, pero en cambio contiene una muy buena cantidad de minerales y oligoelementos, también contiene el fósforo, el potasio, el magnesio y el calcio.

El Viaje Culinario Comienza

La brillantez de los buñuelos de verduras como estos es su capacidad para hacer que tú y tu familia olviden que están consumiendo una cantidad sustancial de verduras. Esta versión no solo es sin gluten, sino también baja en carbohidratos y compatible con la dieta keto. Permíteme guiarte a través del proceso.

  • 2 calabacines grandes. Son la base de nuestra receta, llenos de nutrientes y esperando ser transformados.
  • 3 huevos. Ellos serán los que aporten la esponjosidad a nuestros buñuelos.
  • 75 gramos de queso parmesano. El toque de sabor que hará que cada bocado sea inolvidable.
  • 150 gramos de harina. La estructura, lo que mantendrá unidos a nuestros personajes.
  • 20 centilitros de leche. Añadirá suavidad a la masa.
  • 1 cucharada de levadura (10 gramos). El agente leudante que hará que nuestros buñuelos crezcan y sean esponjosos.
  • 5 centilitros de aceite de oliva virgen extra. Porque un buen «vestido» comienza con un aceite de calidad.
  • Sal al gusto. El toque final que realza los sabores.

El Viaje Culinario Comienza

-Para comenzar, reúne libra y media de calabacín, equivalente a dos o tres calabacines medianos o grandes, dependiendo de su tamaño.

– Corta las partes superiores de los calabacines y rállalos usando un rallador de caja. Alternativamente, acelera el proceso usando un procesador de alimentos con un accesorio rallador, aunque considéralo como un pequeño ejercicio para los brazos. Una vez rallado, transfiere el calabacín a un tazón para mezclar.

Como recordatorio, el calabacín es 95% agua, así que para evitar la humedad, espolvorea una cucharadita de sal sobre el calabacín, revuelve y deja reposar durante unos 20 minutos. Mientras tanto, prepara otros ingredientes picando finamente una chalota y batiendo ligeramente dos huevos medianos o grandes.

-Opcionalmente, agrega un cuarto de taza de migajas de queso de cabra para un giro encantador, o usa queso parmesano rallado o omite el queso para una opción sin lácteos. Para ligar con los huevos, incorpora media taza de harina de almendra (o aproximadamente tres o cuatro cucharadas de harina de coco).

-Después de 20 minutos, exprime el exceso de líquido del calabacín usando una bolsa de leche de nueces, asegurándote de apretar fuerte para obtener buñuelos más crujientes. Combina el calabacín, la chalota picada, el queso de cabra, los huevos batidos, la harina de almendra, la sal y la pimienta en un tazón limpio.  Remueve lo justo para incorporar completamente sin exagerar.

– Calienta una sartén a fuego medio, rocía aceite de oliva o aguacate y agrega montones de la mezcla de calabacín, aplanándolos en buñuelos redondos con una medida de un cuarto de taza. Cocina durante tres a cuatro minutos por cada lado hasta que estén dorados.

Evita abarrotar la sartén cocinando en dos tandas. Una vez listos, transfiere los buñuelos a un plato forrado con papel absorbente para escurrir el exceso de aceite. Como toque final, prepara rápidamente una cobertura de yogur con ajo y cebollín combinando yogur, dientes de ajo, cebollín fresco, sal y pimienta. Remueve bien y coloca generosamente la salsa sobre los buñuelos.

Estos  ofrecen una de las formas más sabrosas de disfrutar del calabacín de temporada. Aunque es posible que no tengas tiempo de crear una hermosa torre de buñuelos antes de que desaparezcan, la salsa de yogur con ajo y cebollín añade un toque final lleno de sabor

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