Para una dieta saludable y sabrosa, las albóndigas de garbanzos y zanahoria son una opción ideal, pues resultan ricas, fáciles de hacer y se pueden llevar a cualquier parte para comer. Como reemplazo de la carne, los garbanzos son una buena elección. Se trata de una de las legumbres más completas en cuanto a nutrientes. Sobre todo, aportan un importante porcentaje de proteínas de alto valor biológico.
Estas albóndigas de garbanzo son la combinación perfecta de sabor y nutrición, ideales para quienes buscan equilibrar su dieta sin resignar paladar. Su composición libre de ingredientes animales las hace perfectas para vegetarianos y veganos.
El garbanzo es el ingrediente estrella, una legumbre rica en proteínas vegetales, fibra, y esenciales vitaminas y minerales. Al preparar estas albóndigas, no solo sumarás un sabor exquisito a tu mesa, sino también valiosos nutrientes.
Esta receta admite los ingredientes que más gustan en casa como jamón picado, queso rallado y otras verduras, además de la zanahoria. En este caso, no contiene ningún componente de origen animal, para los que desean seguir una alimentación vegetariana.
Estas albóndigas de garbanzos y zanahorias pueden hornearse o freírse y añadirse a guisos, sopas, estofados o solas acompañadas de una buena ensalada verde o salsa de tomate casera. Quedan riquísimas, crujientes y tentadoras.
Ingredientes
- 400g de Garbanzos cocidos y escurridos
- 1 Cebolla pequeña, bien picada
- 2 dientes de Ajo, triturados
- 1 Zanahoria, rallada
- 2 cucharadas de Perejil, picado
- 1 cucharadita de Comino
- 1 cucharadita de Pimentón dulce
- 1/2 cucharadita de Pimienta negra
- Sal al gusto
- 2 cucharadas de Harina de garbanzo o fécula de maíz
- Aceite de oliva
Elaboración
- Tritura los garbanzos hasta obtener una textura semi-sólida, con algunos trozos visibles. Transfiere a un bol.
- Integra cebolla, ajo, zanahoria y perejil al bol.
- Sazona con comino, pimentón, pimienta y sal. Combina bien.
- Añade la harina de garbanzo o fécula de maíz para dar consistencia.
- Con tus manos, da forma a las albóndigas y colócalas en una bandeja.
- Calienta aceite en una sartén y cuando esté bien caliente, dora las albóndigas hasta que estén crujientes por fuera.
- Retira del fuego y colócalas sobre papel absorbente para eliminar exceso de aceite.
Consejos:
- Si usas garbanzos en lata, recuerda escurrirlos y lavarlos bien.
- La textura de los garbanzos al triturar es clave: busca un punto intermedio para albóndigas con cuerpo.
- La harina de garbanzo o maíz dará la consistencia deseada, pero en su defecto, el pan rallado puede ser una alternativa.
- Puedes optar por hornear las albóndigas en lugar de freírlas para una versión menos calórica.
- Experimenta con especias y hierbas según tus preferencias.
Con esta preparación, sumarás a tu dieta un plato delicioso y repleto de beneficios nutricionales. ¡Buen provecho!