Plato Demasiado Salado, una gota de esto lo Soluciona todo: Así lo hacen los Chefs

En la cocina, puede ocurrir que un plato esté demasiado salado. Afortunadamente, existe un truco desvelado por los chefs.  Incluso los cocineros más experimentados pueden estropear un plato por un exceso de sal. Sin duda, se trata de un inconveniente que puede hacer muy desagradable la comida de sus invitados.

Afortunadamente, todo tiene remedio y son los propios cocineros quienes revelan el truco. También porque el desperdicio de alimentos, sobre todo en esta época del año, no se puede tolerar en absoluto.

El secreto está en reequilibrar el sabor del plato haciendo que el plato cocinado sea realmente comestible. Al fin y al cabo, hay a quien le gustan los platos muy condimentados, otros, en cambio, los prefieren más descuidados. En cualquier caso, el secreto está en algún punto intermedio.

Abusar de la sal, sobre todo para los hipertensos, nunca es una buena idea. Sin embargo, en los platos, la cantidad justa de sal es esencial para realzar los sabores. Para otros platos, sin embargo, es imposible concebirlos sin sal, ¿un ejemplo? Las patatas fritas.

El truco para compensarlo

Cada plato tiene su truco para remediar el exceso de sal. En el caso de las sopas, se puede remediar y reequilibrar los sabores añadiendo agua y dejar cocer a fuego lento durante varios minutos, sin pasarse. La cantidad de agua debe ser la justa. Un exceso de agua podría alterar el sabor de la sopa.

Si el plato es demasiado salado es un guiso, los productos lácteos pueden equilibrar el sabor demasiado salado. Lo mismo ocurre con el perejil, las espinacas, pero también con el cilantro y las verduras verdes. Para los guisos, pero también para las sopas, las patatas y las zanahorias pueden absorber el exceso de sal, equilibrando los sabores. Los trozos de patata y zanahoria pueden retirarse una vez cocinado el plato.

Sin embargo, basta con una pizca de azúcar para equilibrar el exceso de sal. Este remedio se aplica a las salsas, pero también a las sopas.

Un plato demasiado salado también puede equilibrarse con la ayuda de un poco de zumo de limón o una cucharadita de miel.

En caso del arroz, si nos esta quedando demasiado salado, basta con escurrir el arroz y reemplazar el agua de cocción por otra menos salada. El exceso de sal, por tanto, se diluirá. Esto también se aplica a la pasta y a los alimentos hervidos.

En el caso de una preparación demasiado salada, de esas que pueden dejar mal sabor de boca, el truco consiste en cocinar una segunda preparación sin sal, que se añadirá al primer plato. Es el caso de la masa para tortitas, la mayonesa, etc.

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