Rodadas de Calabacín Fritas con Queso: ¡Una Explosión de Sabor!

Estamos ante una receta sencilla pero extremadamente sabrosa: rondas de calabacín cubiertas con una deliciosa masa de queso y fritas hasta obtener una crocante perfección. ¿Por qué es tan especial? Déjanos explicarte.

Esta receta destaca por su increíble equilibrio de sabores y texturas. Por un lado, tenemos el calabacín fresco que aporta un toque vegetal y crujiente. Por otro, la masa de queso derretido que le da un bocado irresistiblemente sabroso y cremoso. Todo ello se combina en cada mordisco para una experiencia gastronómica de ensueño.

 

Ingredientes:

  • 2 calabacines medianos, cortados en rodajas
  • 150 g de queso rallado (mozzarella, cheddar o una mezcla)
  • 150 g de harina para todo uso
  • 2 huevos
  • Sal y pimienta al gusto
  • Aceite vegetal o de canola para freír

Preparación:

Planificación anticipada: Para la masa, prepárate: Primero, rompe los huevos en un recipiente grande para mezclar y luego bátelos suavemente. Cuando los huevos estén batidos, añade el queso rallado y combínalos bien. Agrega sal y pimienta al gusto y sazona con sal.

Para que la masa quede lo suficientemente suave y espesa como para cubrir el dorso de una cuchara, integra gradualmente la harina en la mezcla de huevo y queso mientras revuelves. Continúa este proceso hasta que la masa esté suave. Se puede añadir un poco de agua o leche a la masa para modificar la consistencia si parece excesivamente espesa.

Comienza lavando los calabacines y luego cortándolos en rodajas de aproximadamente un cuarto de pulgada de grosor. Para eliminar el exceso de humedad de las rodajas de calabacín, sécalas con toallas de papel. Esto ayudará a garantizar que queden crujientes cuando se fríen.

Para calentar el aceite, vierte una cantidad suficiente en una sartén para cubrir completamente el fondo y luego calienta el aceite a fuego medio.

Antes de comenzar a cocinar los calabacines, asegúrate de que cada rodaja quede bien cubierta por ambos lados sumergiéndola en la masa.

Coloca con cuidado las rodajas de calabacín rebozadas en el aceite caliente. Si quieres que queden dorados y crujientes, fríelos unos dos o tres minutos por cada lado. Al trabajar en tandas, puedes evitar que la sartén quede abarrotada, lo que puede hacer que la temperatura del aceite baje y provoque rondas blandas.

Inmediatamente después de freír las rodajas de calabacín, pásalas a un plato forrado con toallas de papel para que el exceso de aceite se escurra por completo.

La mejor forma de disfrutarlas es cuando aún están calientes. Se pueden acompañar con una variedad de salsas como el aderezo ranch, la salsa marinara o una sencilla salsa de yogur.

En conclusión, estas rondas de calabacín frito con queso son una demostración de la sencillez del proceso de preparación y del agradable sabor que llega con cada bocado crujiente y con queso fundido. ¡Una verdadera explosión de sabores!

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